He pasado casi todo agosto en Buenos Aires, asistiendo a reuniones de ilustradores, inauguraciones de muestras, cenas, feria del libro infantil, librerías, imprentas, almuerzos a destiempo, paros de colectivos, etc. Un viaje altamente productivo y placentero (salvo por una gripe inoportuna).
Llegué justo para la reunión del día del amigo, organizada por algunos/as colegas.
El sábado 26 de julio, en la Feria del Libro Infantil, fue la inauguración oficial de la muestra "De la tierra al cielo", muy concurrida y llena de colegas.
Ahí arriba se lo ve, de pullover naranja, al maestro Saúl Oscar Rojas, mas a la derecha yo con mis bártulos a cuestas conversando con una ilustradora de quien no recuerdo el nombre (ya preguntaré).
En esta foto: Virginia Piñon, Alex Dukal, Steel Vazz, María Jesús Alvarez, Silvana Pérez, Leicia Gotlibowsky, Ana Guantay con su hijo Mauro, Alexiev Gandman y Gabriel Molinari.
Días después, nos encontramos con Liniers y Juan Lanusse, su representante, en la Feria del libro infantil, miéntras Liniers dibujaba unos duendes en el stand del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, me invitaron a dibujar "en vivo" allí mismo el sábado 2 a las 17 hs., confieso que ante semejante idea primero me temblaron las piernas, pero llegado el día y la hora el desafío fue bastante placentero.
Dibujando en medio del caos.
Así es como quedó la ilustración, me hubiera gustado pintarla pero creo que para eso ¡tendrían que haber dejado la feria abierta toda la noche! De cualquier manera, una vez que regresé a mi estudio, no pude resistirlo, rehice el dibujo y lo terminé en Photoshop ...
Algunos detalles ...
Además de comprar unos cuantos libros álbum...
... me quedé unos días "extra" para asistir a la inauguración de la impecable muestra de Liniers en Casa L'Inc.
Y para finalizar, una ilustración que refleja los 1500 Km. de regreso a casa, en bus...
Así fue el viaje: para empezar me equivoqué y puse el reproductor de MP3s en la mochila grande que despaché, o sea, ¡nada de música! Luego, ni bien arrancamos, alguien al lado mío roncaba como un oso y una anciana en el asiento de adelante hablaba como una cotorra, ni mencionar a los asistentes de a bordo ... dos cordobeses insoportablemente charlatanes que organizaron un Bingo a la hora de la cena e ¡insistían con hacerse los graciosos! (y no digo nada acerca de la calidad de la cena).
Cuando menos la odisea sirvió para hacer ese boceto y luego pintarlo en Photoshop.